Pedro Bermejo fue el primer alumno que terminó ITA en Santa Ana, actualmente vive en Valladolid y trabaja en la empresa Syngenta España, dedicada a la investigación, desarrollo y comercialización de semillas y fitosanitarios.
Pedro cuéntanos algo de tu vida profesional y de tus recuerdos del paso por Santa Ana.
Llevo en la empresa desde 1985, estoy en este momento o en el departamento de Soporte Técnico como experto en cultivos. Mi trabajo se basa en desarrollar fitosanitarios y semillas, justamente antes de llegar al mercado además de dar soporte técnico a la red comercial en las zonas de Navarra, La Rioja, País Vasco, Burgos y Valladolid.
En cuanto a los recuerdos de mis años de estudiante en la Escuela son excelentes. Tuve la suerte de ser de la 1ª promoción de ITA con un número reducido de alumnos. Éramos solo 15 y el contacto diario con el gran plantel de profesores, muy relacionados con el sector agrícola y de industrias agrarias, hizo que sacáramos gran provecho de los conocimientos que nos transmitían, así como una relación cercana con ellos.
Mis inicios al terminar ITA y ser el primero que salía de la escuela, supuso una gran responsabilidad para mí. Lo primero que hice, fue matricularme en un curso ó master, de varios meses de duración sobre Gerencia de cooperativas agrarias. Esto me sirvió para conocer a muchos profesionales de distintas formaciones académicas que enriqueció mi formación. A partir de este master, entré en la cooperativa del campo de Almendralejo, en la cual estuve un año y me sirvió de trampolín para fichar por la multinacional Ciba-Geigy, que en aquel momento era la primera empresa a nivel mundial en investigación, desarrollo y comercialización de fitosanitarios.
Seguidamente llegaron oportunidades de cambiar dentro de la empresa, así como diferentes fusiones para llegar a la empresa en la que hoy sigo trabajando, Syngenta España.
Los comienzos en una empresa no son fáciles, pero cuando con la formación que adquieres en la Escuela y los que vas adquiriendo fruto de la formación que da la empresa, así como las experiencias personales del día a día hacen tener una visión diferente pero que es muy útil a la hora de enfrentarse a las dificultades de cada trabajo.
Yo me siento una persona realizada, disfruto con mi trabajo y estoy muy agradecido a la formación que recibí en Santa Ana.
Los recuerdos de compañeros y profesorado son muy buenos. No sólo por ser un número reducido llegamos a entablar complicidad y gran amistad, sino que nos ayudábamos en las tareas y aprendizajes y todos teníamos un compañerismo digno de destacar. Aunque la pena para mí, por los derroteros que tomé, es que perdí el contacto con ellos.
En cuanto al profesorado, creo que nos ayudaron mucho, era la primera promoción, tenían una ilusión por sacar adelante unos profesionales bien formados y creo que lo consiguieron. Yo estoy muy agradecido a estos profesores que tuve durante los tres cursos.
Tengo un recuerdo muy especial por dos de ellos, que contagiaron en mi persona la humildad, ganas de aprender, lucha y trabajo diario para conseguir las metas, D. José Luis Mesías y D. Pedro Vidal. Sus didácticas, conocimientos y sensibilidad con los alumnos, definen las grandes personas y profesionales que fueron.
Aunque no he trabajado en el sector de la especialidad de industrias agrarias, no he tenido ningún problema. En la escuela nos dan una formación genérica en agricultura y en cada especialidad se ahonda en temas más afines con dicha especialidad.
Pero el día a día profesional en una empresa, uno se adapta, lo forman y adquiere los conocimientos más específicamente de lo que hace y llega a tener un conocimiento más profundo del rol que desarrolla en su empresa. No creo que sea un problema como no lo ha sido para mí.
Pedro ¿cómo ves el futuro de esta profesión?
El futuro de esta profesión lo veo bastante bien, considero que la agricultura y las industrias agrarias son fundamentales en un país como es España. Claro que va haber cambios importantes, el agricultor tendrá que ser más profesional, las explotaciones más grandes y las industrias tendrán que cumplir rigurosamente las exigencias de los consumidores y autoridades sanitarias. En estos cambios lógicamente la figura de los profesionales es fundamental, sea como asesores, técnicos de industrias, prescriptores, inspectores, etc. Son muchas las salidas que veo en nuestra profesión y todo para una agricultura de futuro.
Me gustaría terminar animando a los alumnos que estén cursando ITA en la escuela, para que se desarrollen y aprovechen los conocimientos adquiridos que luego serán de mucha utilidad en su vida profesional.